SOY HUMANA
Dos palabras que bien aclama la cantante Chenoa en una de sus últimas canciones, Soy humana, ya que parece que en esta sociedad tan artificial y poco flexible has de mantenerte en un camino cercado del cual, si te sales, ya eres una de dos: bicho raro o mala persona.
Algunas miradas son fijas, no suelen ir más allá de lo que observan. Son miradas que se quedan en la superficie, en el físico de la persona, en su comportamiento de manera que el cerebro tiende a realizar interpretaciones distorsionadas y llenas de prejuicios hagas lo que hagas, digas lo que digas, seas como seas. Aún se sigue pensando que la única realidad existente es la que entra por nuestros ojos y que la realidad de otras personas es equívoca y, por consiguiente, inservible. Cuesta comprender que la persona que tenemos al lado tiene sentimientos, pensamientos, emociones, valores, expectativas... diferentes a las nuestras y que algunas podrán diferir, pero otras podrán coincidir. Cuesta fijarse en las potencialidades, en las virtudes, en los logros, en las alegrías de la otra persona. La sociedad ha dirigido su mirada siempre hacia lo negativo y así es como nos lo han enseñado. Nos han educado a ser ciego/as de corazón, a ver el lado negativo de lo que nos rodea, a destacar sólo los defectos del resto de personas e incluso a resaltar los nuestros como si fuéramos monstruos por no ser perfectos o por no cumplir con el rol que la sociedad o la familia espera de nosotro/as, a contemplar los problemas como callejones sin salida, a percibir los conflictos como huracanes de los que hemos de huir, a tratar las emociones como tabúes que te hacen ser débil... cuando en realidad deberían enseñarnos a ver el lado positivo de todo por difíciles que sean las circunstancias, a destacar las virtudes de los demás para apoyarles y darles alas para volar así como resaltar nuestras propias virtudes para empoderarnos tratando de entrenar y mejorar nuestros fallos, a contemplar los problemas como situaciones delicadas en las que superarnos, a percibir los conflictos como oportunidades de diálogo y de conocimiento interpersonal, a tratar las emociones como elementos naturales e imprescindibles de nuestro ser.
El mundo al revés.
No hemos elegido venir a este mundo, no hemos elegido a nuestra familia ni hemos escogido estilo de educación; sin embargo, siendo jóvenes y/o adultos disponemos de la capacidad de decidir si queremos mantenernos en el camino que nos han hecho creer o si decidimos cambiar y ser responsables de nuestra vida, de trabajar nuestro fallos y de rodearnos de personas que nos faciliten la andadura. Yo decido cambiar. Por lo tanto, he llegado a la conclusión de que como ser humano al margen de mi edad, de mi sexo, de mi ideología, de mi lugar de procedencia, de mis estudios, de mi filosofía de vida, de mis defectos y de mis virtudes, merezco en mi vida lo siguiente:
Merezco personas con las que pueda ser libre. Libertad entendida como la mayor expresión de la esencia de cualquier humano: ser uno/a mismo/a.
Merezco personas que me aporten emociones y sentimientos positivos que me den fuerzas a continuar en mi camino vital.
Merezco personas que no vean mis fallos como heridas abiertas en las que hurgar, sino personas que vean en mí oportunidades para cambiar y mejorar.
Merezco personas que valoren mis virtudes y me las expresen, así como que me hagan abrir los ojos hacia mis defectos para poderlos transformar.
Merezco personas que sepan separar mis actos de mi personalidad: cometer errores, mostrar imperfecciones, tener un comportamiento inadecuado o dejarse llevar por emociones intensas no significa que sea mala persona.
Merezco personas que reconozcan mis logros y me refuercen para sentirme valorada y querida, no personas que se estanquen observando mis fracasos y me definan por ello.
Merezco personas que me ofrezcan la posibilidad de sonreír y no de derramar lágrimas que no sean de emoción o alegría.
Merezco personas que me sumen, no que me resten.
Merezco personas con las que pueda sentir bienestar en vez de malestar.
Merezco personas que me enseñen a ser mejor persona.
Merezco personas que me aporten los valores que para mí son fundamentales:
CONFIANZA
COMPRENSIÓN
APOYO
COMUNICACIÓN
AFECTO
RESPETO
¿Por qué? Porque soy humana, con mis cositas buenas y mis cositas no tan buenas. Si no me aceptas, haz introspección.
"Todo lo que te molesta de otros seres
es solo una proyección de lo que
no has resuelto de ti mismo"
Buda
Comentarios
Publicar un comentario